
Monestel imparte por dos años clases en escuelitas como Alajuelita y Puntarenas a travez del proyecto el maestro itinirante. Después de estas experiencias de traslada al Instituto Helen Keller, donde ha marcado la diferencia del trabajo de un escultor y de un pintor.
Aquí se ha propuesto a moldear el sentimiento y la mente humana, gestando una infinidad de proyectos para las personas y la institución que labora.La escultura marca una labor practica de explotación y experimentación, desarrolla la creatividad estimulando un juego con los materiales , a su vez Monestel ha encontrado que este proceso , ayuda a personas con discapacidad donde cada uno de ellos se encuentra , se expresa y se acepta. El artista enseña, educa y sensibiliza.
Convierte la escultura en un medio, lo lleva al a clase y las personas se contagian de estos sentimientos y emociones sin percatarse. Cuando sentimos que estamos creando, es cuando logramos sensibilizarnos, ser tolerantes y autodefiníos, permitiéndonos ser más seguros y auto controlados. Martin Monestel es una persona tímida, callada, con una obra – misión que ha ido dejando huella. Le gusta utilizar los materiales que se encuentran en la naturaleza.
No es un docente tradicional, enseña con simpleza la cotidianeidad de la vida, ama lo que hace , por ello su labor siempre es placentera y sencilla. Lo importante para él es llevar el sentimiento artístico y que las personas lo descubran.
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